Porque la familia siempre es y será. Porque hay mucho qué hacer para crecer y mejorar. Aquí un espacio para reflexionar, recordar y avanzar como personas y como familia.
El Niño Dios, pequeñito, humilde, quiere quedarse en nuestros corazones. No lo rechacemos, dejemos que resida en el fondo de nuestras almas y nos transforme en mejores seres humanos. ¡Feliz Navidad, familia!