miércoles, 18 de junio de 2008

A Juan Francisco, un papá muy querido


Estoy en deuda contigo, querido papá. Pasó el día del padre este 15 y luego el 16, día de tu cumpleaños y no pude escribir algo sobre ti.
Quiero empezar diciendo que la vocación por las letras es obra tuya. Fuiste un lector consecuente. Te pasaste la vida leyendo y con tu quinto de primaria sabías de todo un poco, algo más que un poco. ¿Sabes? Hasta hoy andan por ahí algunos ejemplares de "El tesoro de la juventud" que leíamos juntos. Ya no queda nada de la colección "Cadete"de verde empaste, impresa en grueso papel tipo bulki, pero son inolvidables "Ivanhoe" "Quo vadis" "Mujercitas " "Aquellas mujercitas" "Corazón" "Robin Hood" y otros que una vez leídos enriquecías con tus comentarios.
Nunca olvidaré tampoco cómo de niña me animabas a leer poesía y cómo disfrutabas cuando te recitaba aquellos versos de Nervo . "Pasó con su madre/ ¡qué rara belleza! /¡ qué rubios cabellos de trigo garzul/ ¡qué ritmo en el paso/... o aquellos otros de Sofocleto ¡ cómo sonreías con su ingenio! aquellos que decían : "Yo sé perfectamente que un día/ cualquier día, cuando el aburrimiento venga a darme su abrazo/ romperé las velas de mi melancolía/ y frente a cualquier playa me tiraré un balazo./ Lo haré infaliblemente, con esta puntería/ que no ha desperdiciado jamás un fogonazo/ y me hallarán sonriendo/ con la parda alegría/ de quien duerme su muerte/ sobre un tibio regazo".... Y cómo gozabas con Darío. Anda lee: "La princesa está triste ¿ qué tendrá la princesa?...
No sé cómo le hacías pero, en medio de nuestra pobreza, cada fin de semana teníamos un surtido de diarios con sus respectivos suplementos. Y se te veía contento viendo cómo pasaban de una mano a otra "El Comercio", "La Prensa" "Ultima hora" y "Expreso"que nuestros ojos adolescentes recorrían ávidos para detenerse luego en la semana, resolviendo crucigramas con tu ayuda.
Fuiste aprista hasta el tuétano, cómo amaste al "Cachorro "Seoane, cómo sufriste con el primer gobierno de Alan García pero nunca intentaste imponernos tu opción política. Y cuando viste que tomamos otros rumbos, asentiste comprensivo con un " está bien, son jóvenes, están en su derecho de pensar diferente".
Nunca te vi tan dolorido como cuando gobernaron Fujimori y Montesinos. Es que siempre odiaste todo lo que olía a dictadura. Es lo peor decías, da vergüenza leer los diarios y escuchar las noticias, todas impuestas, nadie dice nada, todos tienen miedo. Creo que te moriste detestando al "Chino".
Han pasado muchos años desde que te fuiste y hoy quisiera volver a sentarme contigo a comer las guabas o los mangos que traías del mercado y seguir el consejo de siempre: deja el más dulce para el final. Y sacaría una rodaja a cada uno de los tres mangos que me dabas y guardaría el más dulce ¡sí! el más dulce para el final.



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