sábado, 26 de julio de 2008

Vídeos e identidad nacional

Veía con mis alumnas, en este mes de julio, unos vídeos de PromPerú. Les gustaron mucho.Pedí comentarios. Bueno, muestran toda la belleza y riquezas de nuestro país, lo más representativo, debieron incluir a Susana Baca, y a Luis Horna, fueron algunos de sus comentarios. En eso una voz algo tímida: pero ahí está sólo lo bonito. Claro y qué quieres, PromPerú, vende la imagen de nuestra nación al extranjero, explicaba otra de ellas.
Se abrió el diálogo, ¿qué no se ha puesto? ¿qué se ha escondido? la miseria, cada día hay más mendigos por todas partes,el desempleo, nuestros padres tienen trabajo a ratos, los miles de niños que no van a la escuela, están allí en los mercados, en los cementerios limpiando nichos, haciendo adobes; la delincuencia, no podemos caminar con tranquilidad, nos arrancan los bolsos, los celulares, encima nos empujan, nos golpean...
El diálogo brotó fácil, la realidad nacional sentida a diario, en carne propia. Luego saltamos al problema de la identidad nacional. ¿qué es? ¿qué no es? Comenzamos por la segunda. No es sólo ponerte de pie cuando escuchas el himno nacional, pegarte una escarapela en el pecho, decir ¡viva el Perú!, marchar en los desfiles, conocer cifras e historia.
Es sentirte realmente identificado con tu familia, con tu barrio, con tu provincia. Amar lo tuyo, comenzando por tu persona, el color de tu piel, de tus ojos, tu pelo. Amar el paisaje, los algarrobos, los ficus, mangos, platanales. Cuidar tu barrio, sus calles, de verdad. No poner tus pies sobre las bancas de su parquecito, las bolsas de basura en cada esquina.
Identificarte con tu país es hacer bien las cosas, desde ahora, dar lo mejor de ti, ponerle ganas a lo que te corresponde hacer, como estudiante, como hija, amiga,vecina.
-Creo que yo lo estoy haciendo bien.
-A mí, algo me falta.
-Podría empeñarme más.
A todos nos falta y no poco y ahí está la madre patria esperando, siempre esperando.

martes, 8 de julio de 2008

Déjalo que te alumbre






El niño de la foto es mi nieto. Se llama Sebastián. Sebas, le decimos sus cercanos. Y ha venido a alborotarnos la vida. ¡Cómo puede un niño cambiarnos el mundo! ¿verdad? Cuando un niño nace ya nada es igual, especialmente para los padres. Todo se vuelve pañales, biberones, toallitas, visitas al pediatra, vacunas... Cada movimiento suyo es seguido con especial atención, ya se voltea, le salió un dientecito, ya gatea, aplaude, quiere caminar, dio su primer paso...Y los padres se prodigan en cuidados, para ellos su hijo es el centro del universo, todo pasa a un segundo plano. Intentan hacer lo mejor, dan todo lo que tienen.
Y el niño crecerá y se irá haciendo fuerte y más fuerte si los padres son pareja: con sueños parecidos, proyectos , ideas semejantes.
Es muy fácil hacer feliz a un niño ¡para eso ha nacido! pero a veces los papás lo complicamos todo con nuestros desencuentros y nuestra manía de seguir instrucciones. El niño sólo quiere que lo dejes crecer, que no interfieras, déjalo dormir, no lo obligues a comer, déjalo estar despierto las horas que él quiera, déjalo gatear, que camine, que corra. Déjalo que te alumbre, atrapa la alegría que te brinda, no dejes escapar la felicidad que te regala con sus pasitos, con su risa y su mirada.