Adrianito llegó y se ganó el corazón de todos. Toda la familia tuvo la clarividencia de que nuestro clima norteño iba a favorecer el proceso de su hipotonía. Del frío de Lima a la calidez de Sullana. Y el Señor fue disponiéndolo todo para que Adrianito progrese. César recomendó a la pediatra de Sebastián, una doctora inteligente y eficiente que ha dado el tratamiento adecuado. Su mami se ha vuelto experta chef en comidas y postres especiales para su caso. La abuelita Carmen es la más solícita de las abuelas y ¡ bendito el Señor! ¡un buen terapista al frente de su casa, aquí en Sullana city, en María Auxiliadora street! ¿ Y todavía habrá quien diga que los milagros no existen?
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