¡Quiero una casita en el campo! salió desde dentro.
-Señora, dije mirando a mi suegra- ¿ que hay qué hacer para levantar mi casita aquí ?
-Nada más traer tu madera y levantarla. La tierra no te cuesta nada.
El asombro me ganó. Todavía hay lugares bellos en mi país donde puedes ir a levantar tu casita y disfrutar de "la vida retirada" de la que hablaba Fray Luis de León:
"¡Un día puro, alegre, libre quiero!...
¡Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido!...
¡Gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo!
¡Tendido yo a la sombra esté cantando
A la sombra tendido
de hiedra y lauro eterno coronado."
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