Estamos en tiempo de espera. Jesús viene, cada año, a tocar la puerta de nuestros corazones y decirnos: ¡Aquí estoy! ¡Abre tu puerta, déjame entrar, para transformar tu vida!
Este año nos coge el adviento en circunstancias difíciles para el país, la alegría está en nebulosa, la clase política ha enrarecido el ambiente navideño pero confiados esperamos vengas tú, Niño Dios, trayendo la paz y la felicidad.
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